Significado de la Cruz Gloriosa
Dentro de la pedagogía cristiana, la Cruz emerge como un elemento fundamental para comprender el redescubrimiento del Bautismo. La "Cruz Gloriosa" se convierte en un símbolo catequético poderoso.
No fue hasta el siglo IV cuando la cruz se convirtió en el símbolo predilecto para representar a Cristo y su misterio de salvación. Fue gracias a Constantino y a su madre Elena cuando la atención de los cristianos a la cruz fue creciendo, de tal modo que desde el siglo V en Oriente y desde el VII en Occidente se celebra el 14 de septiembre la fiesta de la Exaltación de la Cruz.
Históricamente, la cruz ha sido un emblema central del cristianismo desde el siglo IV, simbolizando el misterio de la salvación de Cristo. La Cruz Gloriosa del Camino Neocatecumenal destaca por su posición elevada y procesional, permitiendo una mayor visibilidad en las celebraciones. Esta elevación se vincula con antiguas referencias bíblicas, como el relato de Moisés y la serpiente en el desierto (Números 21:8).
La Cruz, sobre la que Cristo reina, tiene una dimensión mucho más trascendente de la que podamos imaginar. El hecho de ser alzada tiene también una cierta relación con otro personaje de la historia sagrada: Jacob. Como relatan las Escrituras, Jacob, en un momento de su vida tiene una revelación en forma de sueño. La escalera que él vislumbra en este sueño (Gn.28,12) por la que suben y bajan los ángeles es una imagen fiel reflejo de la cruz de Cristo. Así como la escalera del sueño de Jacob unía el cielo y la tierra del mismo modo la cruz de Cristo “rompe el velo” que separaba al hombre de Dios (Lc.23, Mc.15, Mt.27), y le permite contemplar y gustar de su amor y misericordia. Cristo, siervo de los siervos, ha reunido lo que en un principio estaba unido y quedó separado por la caída de Adán y Eva. La distancia y la incomunicación que había aparecido entre el hombre y Dios, por el pecado de nuestros padres, fue salvada por la Cruz.
La cruz, alzada como un símbolo de victoria sobre el mal, refleja la tradición artística de representar a un Cristo crucificado, vencedor sobre el pecado. La forma elevada de la cruz también se relaciona con la "escalera de Jacob", conectando el cielo y la tierra, rompiendo la separación causada por el pecado original.
Cada parte de la Cruz Gloriosa tiene un significado simbólico profundo. El pie de la cruz, con formas que evocan animales, representa la lucha contra el mal y la soberbia. El tronco simboliza el árbol de la salvación, recordando la desobediencia en el paraíso y la obediencia en el Gólgota. La columna, o el palo que levanta la cruz, se asocia con varias prefiguraciones bíblicas, como el árbol prohibido, el sacrificio de Isaac y la zarza ardiente.
La esfera en la base representa el mundo y sus desafíos. La cruz, al elevarse sobre el mundo, indica la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte. La figura de la Virgen María, entre el mundo y Cristo, simboliza la intercesión y el ejemplo de seguir a Cristo incluso en el sufrimiento. Los cuatro animales en los extremos son símbolos de los evangelistas y la difusión del Evangelio a todas las naciones.
Finalmente, la forma de anzuelo de la cruz sugiere el rescate divino de la humanidad del agua, que representa la muerte. La Cruz Gloriosa es un recordatorio tangible del sacrificio de Cristo, que nos invita a vivir una vida transformada y a compartir ese amor con los demás.
En resumen, la Cruz Gloriosa es mucho más que un símbolo decorativo; es una representación teológica y catequética que nos enseña sobre el amor redentor de Dios y la victoria de la vida sobre la muerte.