Imagen del espiritu santo

Oración al Espiritu Santo - Oración de la mañana

Consagración al Espíritu Santo:

Recibo, ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que te hago en este día para que te dignes ser, de ahora en adelante, en cada instante de mi vida, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza y todo el amor de mi corazón. Me abandono sin reservas a tus divinas operaciones y deseo ser siempre dócil a tus santas inspiraciones. ¡Oh Santo Espíritu! Dígnate formarme con María y en María, según el modelo de tu amado Jesús. Gloria al Padre Creador, Gloria al Hijo Redentor, Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.

Ven Espíritu Santo:

Ven, Espíritu Santo, Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu. Que renueve la faz de la Tierra.

Oración: Oh Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. Resplandezca sobre nosotros, Padre omnipotente, el esplendor de tu gloria, Cristo, luz de luz, y el don de tu Espíritu Santo confirme los corazones de tus fieles, nacidos a la vida nueva en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor, Amén.

Tu que lo aclaras todo Espíritu Santo:

Espíritu Santo, que iluminas todos los caminos para que alcance mi ideal. Tú que me das el don Divino de perdonar y olvidar el mal que me hacen y que en todos los instantes de mi vida estás conmigo. Quiero en este corto diálogo agradecerte por todo y confirmar que nunca quiero separarme de Ti, por mayor que sea la ilusión material. Deseo estar contigo y todos mis seres queridos en la gloria perpetua. Gracias por tu misericordia para conmigo y los míos. Gracias, Dios mío.

Letanías al Espíritu Santo:

Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos. Cristo, Padre celestial, ten piedad de nosotros. Dios hijo, Redentor del mundo, Espíritu Santo que procedes del Padre y del Hijo, te alabamos y te bendecimos. Espíritu del Señor, Dios de Israel. Espíritu que posees todo poder. Espíritu, fuente de todo bien. Espíritu que embelleces los cielos. Espíritu de sabiduría e inteligencia. Espíritu de consejo. Espíritu de fortaleza. Espíritu de ciencia. Espíritu de piedad. Espíritu de temor del Señor. Espíritu, inspirador de los santos. Espíritu prometido y donado por el Padre. Espíritu de gracia y de misericordia. Espíritu suave y benigno. Espíritu de salud y de gozo. Espíritu de fe y de fervor. Espíritu de paz. Espíritu de consolación. Espíritu de santificación. Espíritu de bondad y benignidad. Espíritu, suma de todas las gracias. Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Perdónanos, Señor. Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Escúchanos, Señor. Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Ten piedad de nosotros.

Oración al Espíritu Santo (Cardenal Verdier):

Oh Espíritu Santo, Amor del Padre y del Hijo, Inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, cómo debo decirlo, lo que debo callar, cómo debo actuar, lo que debo hacer, para gloria de Dios, bien de las almas y mi propia santificación. Espíritu Santo, dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para aprender, sutileza para interpretar, gracia y eficacia para hablar. Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar. Amén.

Oración al Espíritu Santo (de San Agustín):

Espíritu Santo, inspíranos, para que pensemos santamente. Espíritu Santo, incítanos, para que obremos santamente. Espíritu Santo, atráenos, para que amemos las cosas santas. Espíritu Santo, fortalécenos, para que defendamos las cosas santas. Espíritu Santo, ayúdanos, para que no perdamos nunca las cosas santas.

Ven, Espíritu Creador (Secuencia de Pentecostés, rezada por el Papa JPII):

Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles y llena de la divina gracia los corazones, que tú mismo creaste. Tú eres nuestro Consolador, don de Dios Altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción. Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú, el dedo de la mano de Dios; Tú, el prometido del Padre; Tú, que pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra. Enciende con tu luz nuestros sentidos; infunde tu amor en nuestros corazones; y, con tu perpetuo auxilio, fortalece nuestra débil carne, Aleja de nosotros al enemigo, danos pronto la paz, sé Tú mismo nuestro guía, y puestos bajo tu dirección, evitaremos todo lo nocivo. Por ti conozcamos al Padre, y también al Hijo; y que en Ti, Espíritu de entrambos, creamos en todo tiempo, Gloria a Dios Padre, y al Hijo que resucitó, y al Espíritu Consolador, por los siglos infinitos. Amén.

Envía tu Espíritu y serán creados. Y renovarás la faz de la tierra. Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a tu Espíritu para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Consagración de la Familia al Espíritu Santo:

¡Oh Dios Espíritu Santo! Postrados ante tu divina majestad, venimos a consagrarnos a ti con todo lo que somos y tenemos. Por un acto de la omnipotencia del Padre hemos sido creados, por gracia del Hijo hemos sido redimidos, y por tu inefable amor has venido a nuestras almas para santificarnos, comunicándonos tu misma vida divina. Desde el día de nuestro bautismo has tomado posesión de cada uno de nosotros, transformándonos en templos vivos donde Tú moras juntamente con el Padre y el Hijo; y el día de la Confirmación fue la Pentecostés en que descendiste a nuestros corazones con la plenitud de tus dones, para que viviéramos una vida íntegramente cristiana.

Permanece entre nosotros para presidir nuestras reuniones; santifica nuestras alegrías y endulza nuestros pesares; ilumina nuestras mentes con los dones de la sabiduría, del entendimiento y de la ciencia; en horas de confusión y de dudas, asístenos con el don del consejo; para no desmayar en la lucha y el trabajo, concédenos tu fortaleza; que toda nuestra vida religiosa y familiar esté impregnada de tu espíritu de piedad; y que a todos nos mueva un temor santo y filial para no ofenderte a Ti que eres la santidad misma.

Asistidos en todo momento por tus dones y gracias, queremos llevar una vida santa en tu presencia. Por eso hoy te hacemos entrega de nuestra familia y de cada uno de nosotros por el tiempo y la eternidad. Te consagramos nuestras almas y nuestros cuerpos, nuestros bienes materiales y espirituales, para que Tú solo dispongas de nosotros y de lo nuestro según tu beneplácito. Sólo te pedimos la gracia que después de haberte glorificado en la tierra, pueda toda nuestra familia alabarte en el cielo, donde con el Padre y el Hijo vives y reinas por los siglos de los siglos. Así sea.

Oración por la Familia (del Esposo/Esposa):

Espíritu Santo, concédenos a mí, a mi esposo(a) y a mis hijos los dones con los que fortaleciste a los Apóstoles; aquella gracia poderosa que ilumina el entendimiento, mueve dulcemente la voluntad y vence gloriosamente la concupiscencia. Concédenos el don de una clara inteligencia, el conocimiento del bien y la buena voluntad para ejercitarlo. Toma bajo tu divina protección a mis hijos; presérvales de toda pasión vergonzosa; protégelos, líbralos de caer en los lazos de la seducción con los que el demonio intenta hacerlos caer en el pecado. Házlos humildes, obedientes, honrados y temerosos de Dios; amantes de la verdad y de la religión. Concede gracia para vencer los vicios y pasiones. Y a mí concédeme la gracia y el acierto necesario para educarlos y dirigirlos, y hacerme obedecer por ellos.

Visita el Hogar de Tus Fieles:

Ven, Espíritu Dios Creador, y visita el hogar de tus fieles, haz un templo de gracia su pecho con el don de tu santa presencia. Tú, el amor que consuela a los hijos como eterno regalo del Padre, Caridad, fuente viva de gracia, Llama eterna de amor verdadero. Ilumina con tu luz nuestros ojos, y que tu amor se derrame en el alma; que tu poder nos sostenga en la lucha y renueve las fuerzas cansadas. Sé la mano que venza en sus luchas, el sendero que guíe sus pasos. Haz que triunfen sus hijos sobre el mal y que reine la paz en sus almas. Fortalece la fe del creyente que ha nacido a la vida divina. Demos gloria por siempre a Dios Padre, a Jesús triunfador de la muerte, y al Espíritu, vida del alma, alabanza y honor para siempre. Amén.

Regresar al blog

Deja un comentario

Ten en cuenta que los comentarios deben aprobarse antes de que se publiquen.